jueves, 9 de mayo de 2013

BIENVENIDO AL TRIATHLON! - Triathlon Internacional Lisboa 2013

1 de mayo de 2013. Camino de Lisboa me venían muchos pensamientos a la cabeza, pero el que más sonaba era el de "La suerte está echada". Pero no. La suerte no se echa, se trabaja. La suerte es una actitud y nada de lo que hacemos en la vida es una cuestión de azar o suerte. Cómo nos enfrentamos a cada situación, cada circunstancia, determina el resultado y el éxito de cada reto. Porque la vida es un reto permanente. Y cada uno tenemos la opción de escoger cómo afrontarlo.
El pasado sábado me citaba con un nuevo reto. Un reto que consistía en mucho más que nadar 1.900m, pedalear 90km y correr algo más de 21km. 
El reto comienza desde que uno decide emprenderlo. El reto es el recorrido hasta el día de la prueba. Y ese recorrido es lo que realmente importa. Es un cúmulo de circunstancias, de encuentros y desencuentros, de conocimiento individual, de los límites, capacidades y afán de superación de cada uno. Es un recorrido que marca un antes y un después y que hará que las cosas se vean en adelante de otro modo.
Es también un sacrificio, pero más que físico es un sacrificio personal. Son muchas las cosas a las que se renuncian durante muchos meses. Difícil de entender para quien no lo comparte, pero que en la mayoría de los casos llevan implícito algún desafío personal, una promesa o un reconocimiento a alguien.
Atrás quedan meses de duro entrenamiento. Entrenamientos en solitario, entrenamientos en equipo. Y menudo equipo. Si al poco de empezar a entrenar con Zagros Triathlon les dedicaba el post "El mejor equipo del mundo" (http://retosconconviccion.blogspot.com.es/2012/11/el-mejor-equipo-del-mundo.html) hoy no puedo sino confirmarlo y elevarlo a la enésima potencia. Que grandes todos, que cantidad de ánimos, apoyos, empuje. Cada carrera es la de todos, la corramos o no. Estemos allí alentando o siguiéndola en la distancia. Felicidades a todos y gracias por estar ahí. Sois todos y todas unos grandes campeones y compañeros.

Viví 3 años en Lisboa. Una oportunidad para conocer una ciudad, un pueblo y un país excepcional. Fue una etapa incomparable de la que sólo guardo grandes recuerdos y grandes amigos.
Decidir hacer un medio ironman no podía ser sino en Lisboa. Y allá que fui. Bueno, allá que fuimos todos. Porque como decía antes, nunca vamos sólos.
Los días previos en la ciudad, la aclimatación, reconocimiento del terreno y mentalización vinieron bien para evitar los nervios. Todo bajo control y con muchas ganas de que llegara el gran día, aunque por otro lado triste porque suponía el final de un objetivo y de varios meses de preparación.
Con un objetivo claro –cruzar la meta- fui cumpliendo con el crono, nada ambicioso porque el reto ya de por sí lo era.
Las 2 vueltas al circuito de agua sin sobresaltos. La transición rápida, como la ruta en bici. Un total de 4 vueltas en los que te da tiempo a pensar en muchas cosas, sobre todo en los consejos que te dan los ya consagrados en esta distancia: no forzar, mantener un ritmo y cadencia cómoda, hidratarse y alimentarse con la frecuencia correcta, etc.
De nuevo transición y a correr. Aquí las piernas ya se notan pesadas y mejor no pensar en los 21km que quedan por delante. Toca correr y punto. Otras 4 vueltas a un circuito en el que había mucha gente animando. Las 2 últimas se hicieron largas, teniendo que parar en cada avituallamiento a beber bien. Mejor perder unos segundos que arriesgar a no llegar.
Y llegué! Tiempo total… es lo de menos! Indescriptible la emoción de acabar y difícil de asimilar en ese momento lo que con esfuerzo, entrenamiento y convicción un día soñé.
Un recuerdo muy especial a Alfonso (ex entrenador de Zagros Puerta Europa) que me empezó a preparar hace 3 años y 20kg más, cuando no era capaz de aguantar ni 10’ corriendo, y como no a nuestros preparadores Rober y Angel por su dedicación, apoyo y coherencia. Y como me decía Angel al acabar, bienvenido al triathlon!

HECTOR CORONEL

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