martes, 21 de marzo de 2017

Carta abierta a un amigo lesionado


Querido compañero, sé que el corazón no entiende de lesiones.
Veo en tus ojos esa nostalgia al ver correr a los demás.
La mayoría de las personas que te rodea no te entenderá, ni empatizará de corazón contigo. Dirán que son cosas que pasan, que pronto estarás bien, que el cuerpo es sabio…
“Muchas gracias”, “eso espero”  contestarás, pero en realidad, quisieras gritar que pagarías por sentir el viento en tu cara, el impulso de tu zancada  y tu ritmo cardiaco acelerado.
Quiero decirte que te entiendo y te comprendo, pero debes saber la verdad y la verdad muchas veces duele: no vas a aprender.
¿Por qué? Porque aprender consiste en adquirir experiencias reutilizables en el futuro y ello depende básicamente de 3 factores: la motivación, el tiempo y la práctica, y cuando uno está cansado de estar lesionado, le falta motivación aunque sobre tiempo   obviamente la práctica se vuelve imposible. Así que el aprendizaje se estanca.
Sin embargo, hay algo que aún está absolutamente en tus manos: tu actitud. ¡Existen alternativas! Dedícale tiempo a aquellas actividades que olvidaste por entrenar. No pierdas el tiempo, ¡compártelo! con la familia, los amigos, tus seres queridos.
No olvides que eres un TRIATLETA; estas echo de otra pasta,  tienes una capacidad de tolerancia al dolor superior a la media, tienes una cabeza sólida, inquebrantable. Tú tienes una gran fuerza de voluntad. Sé que lo sabes, solo quería recordártelo…
¡Dentro de nada estarás dando brazadas, pedaleando y corriendo como siempre!, con toda tu pasión.
Esa voz que te dice “no te rindas” (en las competiciones), tiene que estar presente ahora, solo escúchala, escúchala… “No te rindas” ni con esta lesión, ni nunca.


Paul Cordones. Entrenador de Zagros Triatlón.

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